lugar real, la casa de Charlie, aunque descrito hiperbólicamente para realzar la
pobreza en la que vive la familia Buckett: “Toda esta familia viven juntos en
una casita de madera en las afueras de una gran ciudad. La casa no era lo
bastante grande para tanta gente, y la vida resultaba realmente incómoda para
todos. En total, sólo había dos habitaciones y una sola cama” (p. 12). El
segundo espacio es la fábrica de chocolate, un lugar fantástico donde cualquier
prodigio es posible: un río de chocolate, un ascensor de cristal que se mueve
en todas direcciones…
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