martes, 18 de diciembre de 2012

Náufragos.

 
(Esteban Padrós de Palacios)

"La balsa, abandonada a los caprichos de la corriente y sin ninguna voluntad que la rigiera. Unas tablas carcomidas. Un palo con unos calzoncillos flotando al viento. Dos hombres echados sin que el sol pudiese herir, ya, sus pupilas ausentes.
-Tengo sed -dijo García, que era un náufrago vulgar.
La balsa entraba, en aquel momento, en la playa de Miami. Canoas, bañistas, mujeres extraordinarias.
-Oigo voces...
-Espejismo -sentenció García, siempre mirando al sol.
-Sí, espejismo...
Los bañistas comentaron:
-Qué gentes más raras. Ya no saben qué hacer para llamar la atención.
-Yo lo encuentro de mal gusto...
Y la corriente, poco a poco, arrastró de nuevo la balsa hacia el océano Atlántico. Los dos náufragos iban llegando a este punto en que resulta tan difícil morir...

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