jueves, 4 de abril de 2013

Cogiendo ritmos!!!!!!!!!!

Hubo una vez, una familia de mujeres muy bonitas que tuvo entre ellas una hija poco bonita. Así le decían siempre porque no era rubia, ni tenía los ojos azules como sus hermanas. Vicky decía muy triste: “Soy el patito feo de la familia”. Sin embargo, Vicky era la más trabajadora de todas las hermanas, muy bondadosa, alegre y virtuosa. La familia organizó un día una fiesta para que sus hijas se presentaran en sociedad, pero querían que Vicky no salga esa noche.
Vicky ese día se hizo tarde en el trabajo, así que llegó cuando la fiesta ya había empezado.  Cuando entró a la casa, las hermanas y la madre quisieron esconderla para no ser avergonzadas, según ellas, delante de las amistades que no conocían a la joven. Pero algunos amigos que sí apreciaban a Vicky por sus cualidades y virtudes, lograron entretenerla hasta que las hermanas tuvieron que desistir de sus malos propósitos y tuvieron que dejar que se quede en la fiesta. Esa fue la gran noche de la joven que se hizo querer y conocer por todos. Era una persona tan agradable en su trato, que podría decirse los invitados estaban más a gusto con ella que con sus hermanas por ser tan superficiales estas últimas.
Vicky pudo demostrar a su propia familia que la belleza física es agradable, pero de poca importancia cuando no aprendiste a tener principios y valores… porque la belleza que realmente conquista y perdura para siempre, es la belleza del corazón

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